En estas páginas sólamente pretendo compartir con todos los que me quereís lo que me suceda en esta aventura.
Y conmigo mismo: a la vuelta, espero que sea una fuente de recuerdos de este viaje.
¿Por qué lo hago?
Se me ocurren mil motivos: porque es un sueño, porque siempre me ha vuelto loco viajar; para perderme, para buscarme, para encontrarme; porque quiero estar un tiempo sin irme a la cama sabiendo lo que va a pasar al día siguiente, porque (sin más) es el mejor plan que se me ocurre para el año que viene.
La verdad es que se me ocurren más motivos para hacerlo que para no hacerlo...
¿Cómo saldrá?
¡Buff..! No lo sé, supongo que eso tambien es parte de todo esto. He hablado con gente que lo ha hecho y todos me dicen que te cambia la vida, pero que habrá momentos muy duros y que, sobre todo, el aterrizaje a la vuelta es jodido.
Pero si aterrizo mal, por lo menos significará que he volado...
No sé, me apetece intentarlo; como dice una amiga de alguien a quien quiero mucho: "la fé en uno mismo es la fé más grande que existe".
El pescador satisfecho
El rico industrial del Norte se horrorizó cuando vio a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa.
"¿Por qué no has salido a pescar?", le pregunto el industrial.
"Porque ya he pescado bastante hoy", le respondió el pescador.
" ¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?", insistió el industrial.
"¿Y qué iba a hacer con ello?", preguntó a su vez el pescador.
"Ganarías más dinero", fue la respuesta.
"De ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas... y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo".
"¿Y qué haría entonces?", preguntó de nuevo el pescador.
"Podías sentarte y disfrutar de la vida", respondió el industrial.
" ¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?", respondió el satisfecho pescador.
